sábado, julio 11, 2009


3 comentarios:

Ana dijo...

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cuatro
y acabo la planilla y pienso diez minutos
y estiro las piernas como todas las tardes
y hago así con los hombros para aflojar la espalda
y me doblo los dedos y les saco mentiras.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las cinco
y soy una manija que calcula intereses
o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha cómo ladra el teléfono
o un tipo que hace números y les saca verdades.

Es una lástima que no estés conmigo
cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
y decirme "¿Qué tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja de tus labios
tú con el tizne azul de mi carbónico.

"Amor, de tarde". Mario Benedetti

Ana dijo...

Justo ahora vengo del blog de Volvoreta.
De ver su magnífica colaboración en un post con su escrito y la foto de Alberto (Tallón).
Cuando vi esta foto me pasó lo mismo. Pensé que le quedaría genial a pie de foto el texto de Mario Benedetti.
(por eso lo puse)

Todo esto es para explicarte (pura pataleta) que NO consigo colgar nada en mi blog y cuando veo tus fotos se me ocurren un montón de cosas. ES INJUSTO!!

Ya está.
Ya pasó.
:)

Puedo hacerte una petición?
Necesito un "71".
Si lo encuentras, te importaría compartirlo para una futura colaboración?
El post se titulará
"Cosecha del 71".

Un beso, Alberto.

María Paseli dijo...

CReo que un reloj de esos en mi salón estaría de fábula...Al menos me recordaría, cada vez que buscara en él la hora, que estoy en casa, y que es ahí donde el tiempo ha de pararse para desconectar del exterior un poquito y encontrar el refugio...